lunes, 16 de septiembre de 2013

Hermosa, simplemente hermosa

¿Soy hermosa? me preguntas. A simple vista parecería una pregunta fácil de responder. Tan sólo basta con ver tu cara para responder de manera inmediata que sí, a lo cual respondo sin pensarlo con un “sí, eres lo más hermoso que he visto.” Una respuesta trillada que pareces, incluso, no creer, e incluso dudo si fue lo más apropiado para decir, lo cual me lleva a la investigación del significado de la palabra "hermosura" y llego a la página de la RAE, para la cual su definición de hermosura es: "1. f. Belleza de las cosas que pueden ser percibidas por el oído o por la vista."

Entonces noto una palabra que me hace ruido, "belleza" la cual es definida por la RAE como: "1. f. Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual..."
"2. f. Mujer notable por su hermosura."
                                        
Visto esto, noto que belleza y hermosura están muy relacionadas entre sí, y regreso una vez más a la definición de hermosura, y esta vez me doy cuenta de una definición que llama mi atención, la cual dice: "3. f. Proporción noble y perfecta de las partes con el todo; conjunto de cualidades que hacen a una cosa excelente en su línea."

Teniendo en cuenta estas definiciones tomo como hermosura lo siguiente: “Dicho de una mujer, son aquellos atributos que pueden ser percibidos por los sentidos, en proporción noble y perfecta, produciendo un deleite espiritual.”

Lo anterior me lleva a pensar que una posible respuesta, verdadera, a la pregunta anterior sería definitivamente un sí. Y esto porque cada parte de ti tiene una cualidad única: que simplemente son incomparables con alguien más.

Desde tu cabello, esos hermosos rizos que parecen cientos de sortijas sedosas y delicadas que me provocan tenerlas entre mis manos y sentir esa suavidad tan increíble, esas sortijas pulcras que a mis manos hacen soñar.

Tus divinos ojos, esas dos gemas incomparables e inigualables, tan llenas de vida, de esperanza, de pasión… que son mi delirio y mi perdición, que son dos preciosas puertas minuciosamente hechas para custodiar la entrada a todo un universo distinto, que en ocasiones resulta tan extenso y deslumbrante que me pierdo en él y del cual no quiero salir.

Tus suaves labios, rojos y finos, que me llevan a lo más alto cada vez que los beso, fuente de vida para mis labios que cada vez me piden más y más, como si esos hermosos y tersos labios fueran la droga más potente jamás conocida que a mis labios han atrapado. Esos dulces labios que me permiten escuchar tu bella y delicada voz.

Tu piel delicada, tersa y fina es prisión te terciopelo para mis manos, tan cálida y suave que hace desaparecer el frío provocado hasta por la más fría helada. Tu radiante piel que forma la silueta de tu empíreo y sensual cuerpo que pareciera haber sido esculpido por los mismos dioses.

Llega a mi mente otra pregunta que me hiciste: ¿Hay alguien más hermosa que yo? A lo cual respondo: “sí, pero eso no importa.” Respuesta falaz y vacua, ya que la hermosura no sólo depende de los rasgos si no de los sentimientos que transmiten esos rasgos y ahí es donde radica tu total belleza, ya que no hay cosa más asombrosa para mis ojos que poder cruzar una mirada con los tuyos, no hay sonido más afable para mis oídos que la melodía de tu agraciada voz, no hay sabor más dulce para mis labios que el provocado por el rose de tus labios con los míos, no hay fragancia más exquisita para mi nariz que la emitida por tu cuerpo y no hay superficie más cálida para mis manos que tu piel.

Todas estas cualidades, y muchas más, en perfecta armonía, en una sola mujer, perceptibles para los sentidos, forman la verdadera hermosura, la real belleza, forman a una mujer de belleza sin igual, te forman a ti.

Por todo eso y por mucho más, eres hermosa… simplemente hermosa.

Battery.

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